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Arquitectos: Fernando Serdán Arquitectura
- Área: 268 m²
- Año: 2019
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Fotografías:Hugo Esteban, Iliana Lanuza
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Proveedores: Azupiso, Megacero, Muro Interceramic
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto surge en respuesta a la necesidad de proporcionar un espacio de vivienda y esparcimiento a staff interdisciplinario que previamente se encontraba habitando construcciones acondicionadas dentro de la propiedad de manera temporal.
Situadas en un rancho agrícola; rodeadas de cultivos, tractores, invernaderos y reservas de agua, se encuentran Casas agricultores. Un pequeño conjunto habitacional que comprende 4 viviendas de 67 m2 de construcción con un área utilizable interna de 49.9 m2 cada una, asentadas entre mezquites y huizaches, dispuestas a manera de generar un jardín central; emulando las casas coloniales en donde todo sucede al centro y respetando así el único pedido encomendado por el dueño: “Que los vecinos se encuentren al entrar y salir de casa”.
Recorriendo los senderos de tezontle, pasando por la terraza de piedra, llegas al acceso de doble puerta; al cruzar te recibe la sala comedor con cocineta cuyo techo inclinado se eleva, generando la sensación de que el espacio crece en cuanto avanzas, éste espacio puede abrirse y conectarse plenamente con el exterior.
El eje de la casa es un pasillo generoso iluminado de manera cenital en tres puntos diferentes; lo cuales proveen de luz a: un espacio ideal para lectura o tener plantas, al baño con puerta translúcida y al punto de conexión entre lo público y lo privado en la que encontrarás dos habitaciones de similar tamaño, pero con sensaciones muy diferentes debido a la mayor altura obtenida en la recámara principal.
A medida que los usuarios se apropian del espacio y desarrollan su vida y actividades existen opciones para ampliar las viviendas de múltiples maneras potenciando su lado social, privado o espiritual; 3 propuestas incluyen: una habitación extra, una cocina abierta al área pública, o un espacio privado al exterior.
Es así como Casas agricultores más allá de ser cuatro viviendas, es leer en tu hamaca mientras tu hijo juega, sublimar emociones a través de la pintura, cocinar con una rica plática o disfrutar de una noche estrellada en todo su esplendor.